El sector de la comercialización eléctrica se encuentra en una situación crítica, anunciaban los medios de prensa allá por septiembre de 2021. Las grandes, Iberdrola, Endesa, Naturgy y EDP por la presión del Gobierno con las nuevas medidas para bajar la luz; y las pequeñas porque el mercado mayorista les ahoga hasta el límite. Algunas ven las quiebras que se están produciendo en Reino Unido como el preludio de lo que puede ocurrir en España en los próximos meses informaban… y así ha sido.
Casi todas las comercializadoras del mercado que tenían precios fijos firmados a sus clientes, a partir de Octubre de 2021 comenzaron a romper contratos con sus clientes algunas avisando de ello, y otras no.
Vamos a poner un ejemplo metafórico de lo que está ocurriendo. Supongamos una lonja de marisco (mercado mayorista de la electricidad) donde mayormente el marisco fresco (energía) fluctúa día a día durante todo un año en un más/menos 30%. De esta manera, el vendedor puede ofrecer a su cliente, que cada día le compra marisco, un precio por kg único para cada día y así durante todo un año. ¡Bien! Imaginemos que el precio fijo por kg pactado son 60€. Y así pues, e independientemente de cuánto le cueste al marisquero ese marisco diariamente, se lo venderá a su cliente cada día a 60€ el kg. Unos días saldrá ganando y otros perdiendo, pero al cabo del año deberá salir ganando cierto margen de beneficio, ya que si no, hizo muy mal sus cuentas antes de ofrecer al cliente dicho contrato de venta de marisco a un precio fijo, ¿Sí?. ¡Ok!. Resulta que de repente, el marisco a partir de mitad de año comienza a subir por encima de los 100€, costándole al marisquero hasta más de 300€ algunos días y una media mensual de 200€… ¡Qué horror! Así pues, si el marisquero no quiere poner él el dinero de su bolsillo teniendo que cerrar su negocio posiblemente, debe romper el contrato con su cliente que tenía pactado a 60€ por kg. ¿Se puede entender así por qué las comercializadoras tuvieron que romper contrato con sus clientes?
Vale, ¡bien!… Aun así, ¿Qué puedo hacer si mi compañía me ha roto el contrato? Reclamar y denunciar. La compañía deberá devolverte la diferencia entre el importe facturado al precio firmado y el precio nuevo aplicado, hasta la finalización del contrato.
¿Merece la pena hacerlo con el tiempo, dinero y desgaste que ello conlleva? Pues según la cantidad que te haya supuesto ese diferencial… Eso debes deliberarlo tú.
Y ¿Qué precio están aplicando las comercializadoras una vez roto el contrato? ¿Todas están rompiendo contratos? Algunas directamente han pasado a facturar a precio de mercado; precio variable o indexado y otras han aumentado sus precios fijos sustancialmente para no incurrir en pérdidas. Otras han aguantado el tirón incurriendo en pérdidas hasta finalizar el contrato especialmente si quedaba poco tiempo. A partir de ahí, la renovación tácita del mismo pasa a ser con unos precios alineados al mercado a futuros y revisables periódicamente, osea, muy altos.
Y ahora, una gran cuestión a tener muy en cuenta: Aquellas comercializadoras que rompieron sus precios fijos, sin pasar a facturar a precio de mercado, aumentando el precio fijo de una manera sustancial… Cuando bajen los precios del mercado, ¿bajarán también los precios de forma automática a sus clientes?… ¿o se mantendrán cobrando esos precios fijos tan elevados hasta que el cliente reaccione? Mucho cuidado con tu comercializadora si te ha roto el contrato, o simplemente ha finalizado y te ha renovado con precios fijos muy elevados. ¡Debes revisar tus precios periódicamente para que se alineen a la bajada que se prevé habrá en los próximos meses! Si no, seguirás pagando precios muy elevados aunque los precios de mercado se recuperen.
Entonces, visto lo visto, ¿Qué sentido tiene firmar a precio fijo si me pueden romper el contrato cuando quieran, me pueden subir los precios y luego si bajan seguramente me dejen con esos precios fijos tan elevados hasta que negocie precios nuevos? ¡Buena cuestión! De ahí, que para la mayoría de asesores energéticos, lo ideal sea siempre recomendar firmar a precio indexado (precio variable) con una comercializadora, y olvidarte de tener que estar negociando precios fijos ajustados al mercado con todas las compañías cada año para un nuevo contrato.